Plaza Mayor de Riaza Julio 2012

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viernes, 20 de enero de 2012

ZAMORA-SALAMANCA (I). Vía de la Plata.

Viernes 13 de enero, LLego por la tarde a Zamora con la intención de acompañar a Juanes durante una jornada de marcha. Su intención es hacer Gijón-Sanlúcar de Barrameda en doce días. Lo mejor es no mirar el mapa y calcular los kilómetros, porque se nos pondrían los pelos de punta y nos entraría un cansancio que nos dejaría bloqueados en nuestra butaca del salón.
Lo que me va a tocar a mí  es hacer Zamora Salamanca , unos 70 km, por caminos. Voy mentalizado “pa lo que haga falta”, esto es, me veo haciendo todo de una tacada, con noche incluída.

Zamora
 A mi llegada, el mercurio marca 2 grados. Tres horas más  tarde marcaría lo mismo pero con un signo menos delante (-2ºC). Por la noche no me lo quiero ni imaginar. Camino hacia el centro de la ciudad. El Gps se ha quedado sin pilas, así que paso por un supermercado y compro 4 alcalinas.
El gps me lleva sin problema hacia el casco histórico y a la Catedral, que como cierra sus puertas  media hora más tarde y hay que sacar entrada, decido ir  a ver el Castillo antes de que se haga de noche.
Cuando ya se hace de noche  busco un  hotel, no sin antes pasar por una panadería y comprarme media empanada casera  de bacalao y pasas.
En la habitación del hotel, hay  25 grados.- Mi marido no quiere que los clientes pasen frío, dice la dueña del Hostal Chiqui. No se apaga la calefacción en toda la noche.
Pues que bien, pensé.
A las 10  ya estaba en la cama y pronto caigo en brazos de Morfeo.  En mitad del sueño suena el móvil. Es Suso diciendo que a las 8 de la mañana  tiene prevista su llegada a Zamora. Va a parar a vivaquear. Miro la hora, las 11:15. –Pues pensaba que eran las cinco de la mañana. Unas horas más tarde me llamaría de nuevo para decirme que nos encontraríamos una hora más tarde de lo previsto, a las 9.
A esa hora me presento en la plaza Mayor y ya estaban esperándome. Buscamos un lugar para desayunar, pero todo está cerrado. Una churrería…  Ok vamos para allá.
-Overbooking, así que decidimos comenzar  la  ruta y comer sobre la marcha.
Afortunadamente a los pocos centenares de metros encontramos una cafetería vacía.
Cómo no hay más clientes, Suso toma asiento y se dispone a curarse los pies y cambiar de calcetines. Yo le entrego sus zapatillas nuevas, unas Triumph 9  y también “su regalo de reyes”, unos calcetines Injinji ( de los que tienen dedos).
Juanes en marcha
Las otras zapatillas que llevaba puestas unas speedcross de Salomon, le han producido unas rozaduras terribles y se han mostrado ineficaces a la hora de confort/amortiguación.
Así que metemos las Salomon en una bolsa de basura y las enviaremos de vuelta por correo. No voy a entrar a hacer una valoración de estas zapas, porque no he sido usuario de ese modelo, ni tengo intención de serlo.

Después del almuerzo, para el cual Suso se toma su tiempo, y de volver a desayunar nuevamente, nos ponemos en marcha. Son casi las once de la mañana y empezamos a andar. En pocos km la cara de mi compañero comienza a cambiar. Su marcha es ahora mucho más cómoda. Salimos de Zamora y pronto encontramos el camino que transcurre primero por carretera y más adelante son vías pecuarias. Las marcas de la vía de la plata no son visibles, puesto que caminamos en sentido inverso.  Llueve y hace bastante frío. Horas más tarde el cielo se descubre e incluso sale el Sol.  Este clima benigno sólo lo vamos a poder disfrutar durante muy poco tiempo. Nuestra prioridad es llegar al Cubo del Vino (es el nombre de una población, no de una tasca) antes de que anochezca. Alli tenemos intención de avituallarnos, aunque tengo mis dudas, porque en 33 km no hemos encontrado ningún bar.
Al llegar al pueblo vemos un bar, que por cierto está lleno, pero  nos invitan amablemente a ir al siguiente .
- A lo mejor allí os dan algo de comer, aquí no hay nada.
-Así está España, sin ganas de trabajar, pensé yo.
Avituallamiento y central de operaciones
En el otro establecimiento,  a la salida del pueblo, sólo hay dos personas tomando unas cervezas.
¿Hay algo de  comer? –Sólo bocadillos. Ponnos dos de Jamón y queso bien surtidos, dice Suso. Y dos jarras de cerveza de las grandes, añado yo.

Suso se va al aseo y se lava y cura los pies. Se cambia de calcetines y se enfunda los Injinji. ¿No son un poco gordos? –Que nooo, póntelos. Luego ya no vas a querer quitártelos nunca.
Damos cuenta de las viandas. El  bocadillo es contundente, se nota una mano femenina en su elaboración, porque el fiambre está muy bien cortado  y es una flauta suficiente para terminar el día.
Dos cafés y preparamos el material para la marcha nocturna.


Con los Injinji al fin del mundo
  A algo más de 20 km hay un hostal, pero en vista de lo que nos hemos ido encontrando no confiamos en que esté abierto o sea decente, así que contemplamos la posibilidad  de ir de un tirón hasta Salamanca. La llegada estimada sería somo mínimo a las dos de la mañana.
Ya es tiempo de dejar de pensar y ponernos en marcha inmediatamente.
Es noche cerrada, y después de un tramo de carretera, pasamos a una pista de tierra que va paralela a la autovía y que también es cañada de transhumancia. El ritmo es bastante vivo. De vez en cuando hay que dar unos rodeos  para sortear los desvíos de la autovía, pero parece que llegaremos sin problemas de track hasta el final.

A las 11 y media de la noche,  después de 13 horas de marcha para mí y unas 17 para Suso, ya que el empezó antes para llegar a Zamora a tiempo, llegamos al hostal.
Decidimos que podríamos parar allí, ya que apenas perderíamos tiempo en meternos en la cama, para salir muy temprano al día siguiente y estar a las 9 de la mañana en Salamanca y continuar en tiempo.
Así lo hicimos. Y antes de la media noche ya cerrábamos el ojo, aunque a las 5:30 ya estábamos en pie y a las seis en ruta para hacer los 14 km restantes.
La entrada en Salamanca pasa por el estadio del Helmántico y ya en el casco urbano buscamos un sitio para desayunar y que tuviera plancha. Finalmente entramos en una cafetería dónde desayunamos dos veces y tercera extra de churros para Suso.
Ya en Salamanca
Después acompaño a Suso en su salida dirección Béjar ,  pasando por la Plaza mayor, el edificio de las conchas, la Catedral y cruzamos el Tormes por el puente romano.
Suso contínua su marcha y yo hago un recorrido por la ciudad para terminar a media mañana en el tren y vuelta para casa. Unos 77  km en menos de 30 horas, contando el recorrido turístico. El track una vez depurado de errores está aquí.

5 comentarios:

Suso dijo...

Gracias por todo. Tu compañía me ha animado a llegar, a caminar ese día y a continuar... tres en uno.
Gracias por el regalo de reyes. Los guardaré para acometer, supongo, mi tercera Transpirenaica.

Faljau dijo...

Fue un gran día y todavía me queda publicar el vídeo. Todos aprendemos cosas de todos. Tan importante o más que adónde ir, es con quien se va.
A día de hoy nadie quiere salir a andar conmigo porque creen que van a terminar reventaos. Ya después de esta estapa contigo estoy totalmente desterrado y condenado a entrenar en solitario, que por cierto creo que es como más se disfruta, si no fuera por la asistencia en un momento crítico.

Faljau dijo...

Por cierto, a reto terminado, me quito el sombrero por tu cruce de la península Norte-Sur en 12+1.
Sospechaba que lo harías y ahora respiro tranquilo porque todo ha salido bien. Algo más de compañía hubiera sido lo deseable. Lo único que con la conversación te dio sed y te bebiste toda el agua que porteábamos, JAJA.
Gracias a ti por dejarme compartir unos kilómetros.

salvatore matasanos dijo...

Magnífico relato de la jornada

Faljau dijo...

todavía queda el vídeo... jeje.