11 mayo 2011. Suena el despertador a las 5:30 de la mañana. Desayuno rápido y salida para coger el primer metro del día que sale a las 6:00. El tren sale hace Oviedo a las 7:30. Hay tiempo de sobra, pero no es cuestión de ir apurando.
El metro está esperando en el andén, así que dos estaciones más tarde,entro y tomo asiento. Permanecemos en origen unos diez minutos. A las 6:10 se pone en marcha.
Dos estaciones más tarde, el vagón ya se encuentra a tope y hay gente que entabla una lucha feroz para poder sentarse. Y son menos de las 6:30 de la mañana ¿acaso no han dormido por la noche?.
Yo sigo observando a la gente y pretendo tomar conciencia del berenjenal en el que me he metido voluntariamente. Respeto hacia lo desconocido y algo de incertidumbre, pero al fin y al cabo voy a pasar por poblaciones y muy cerca de la civilización.
Habitualmente sigo por internet a varios « fuera de serie » Samuel, Ser13gio, Ricardo Abad, Josef Ajram, a mi amigo Suso , etc. Para los anteriormente citados esto sería como comerse una tortilla de patatas, pero cómo diría mi también buen amigo Leo Braje, « aquí estamos con lo buenos que estamos » Trago saliva y acaricio mi mochila. En teoría llevo todo lo necesario y reducido al mínimo. Casi acierto, porque solamente dejé sin usar el pantalón impermeable ultraligero y un par de geles. También me sobró dinero. No mucho pero sobró.
Se detiene el tren durante casi un cuarto de hora en medio de un túnel. Uff, menos mal que voy con tiempo de sobra. Alguien tiene un teléfono móvil con el altavoz abierto y sonando música de DJ Tiësto. A los pocos minutos algunos viajeros mueven sus pies al son de la música. Tiësto es mucho Tiësto. Si fuera un reageton estaríamos poniendo malas caras. Finalmenmte llego a Chamartín.
El sol comienza a hacer su aparición y la temperatura es bastante fresca, pero pronto estoy en el interior de la estación de tren. Son las 6:55 y queda un buen rato. No se anunciará la vía del tren hasta escasos 10 minutos antes de la salida. Tomo asiento. Tenía un sitio reservado al lado del portaequipajes, tal y como había solicitado al personal de Renfe. No hay que perder de vista la mochila y menos en este caso.
Enfrente de mi se sienta una señorita que se bajó en Valladolid. Solamente intercambiamos unas palabras. En la fila contigua otras dos señoritas se tiraron hablando de marketing, emails, agendas y asuntos varios hasta León. Que pronto iba a quedar el mundanal ruido atrás.
El tren va prácticamente vacío. Afortunadamente ponen una película bastante divertida de policías que es una sucesión de gags. Se hizo parte del viaje muy ameno. Tanto que no me enteré cuando pasamos por la zona del Pajares y cuando me quise dar cuenta estábamos en Pola de Lena.
Con cierto adelanto, el tren hizo su entrada en Oviedo a las 12.25. Ya conozco la estación de otras veces. A la salida conecto el GPS y tras un ratillo consigo que los satélites « me soplen » mi posición. En azul aparece el track que conseguí en wikiloc. Comienza a orbayar. Ya no pararía en todo el día. Un día plomizo pero con una temperatura estupenda para caminar. Me dirijo por el centro hacia la Catedral de san Salvador. Al final salí sin credencial y espero que me la den allí. En mi trayecto hacia la catedral, veo el Corte Inglés a mi derecha. Adiós tiendas y consumismo, pensé.
Llego a la Catedral, es la una del mediodía. Cuando intento entrar, viene el encargado y cierra.
Hora de cierre, me dice. Biennnn!! La primera en la frente.
(continuará)
Nota: orbayo,orbayu: lluvia fina, calabobos
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