En esta ocasión, y con unas condiciones climatológicas perfectas, nos encontramos en el Puerto de Cotos los mismos integrantes de la salida anterior, al que se nos une Hilfiger. Jorge se presenta sólo a tomar café, puesto que tiene obligaciones esa mañana y cómo vive muy cerca decide pasarse a saludar. El café tuvo que esperar porque a pesar de ser más de las ocho y media de la mañana y de haber bastantes coches en el aparcamiento, el hostelero de la Venta Marcelino debe de considerar poco interesante abrir tan temprano, aunque en temporada de esquí ya llevaría un buen rato abierto. De todas formas se lo agradecemos, o mejor dicho, nuestros estómagos se lo agradecen porque el torrefacto suele ser pésimo para los acostumbrados a la máquina Nespresso. Tomamos nota del gran servicio de hostelería y tomaremos la opcional de final de jornada en el Puerto de Navacerrada.
Pues sin más dilación comenzamos la subida y a los pocos centenares de metros tomamos la escalinata que marca el camino hacia la Laguna Grande, que lamentablemente no vamos a visitar hoy, ya que enfilamos hacia la Laguna de los Pájaros.
El camino se va empinando, especialmente a partir del puente que nos hace abandonar el camino más habitual de estos parajes. El ritmo es bastante continuado y salvo una breve parada, no nos detuvimos hasta llegar a la Laguna de los pájaros.
La luz y las condiciones metereológicas eran muy favorables, incluso hacía algo de fresco. Una vez allí, después de dos horas de marcha, tomamos un descanso-avituallamiento antes de retomar la subida por lo que seria un poco más adelante el risco de Claveles. Después de pasar un pequeño nevero llegamos a la zona más complicada, en la que hay que progresar con ayuda de las manos y buscando cada uno la mejor opción de subida. Hubo algunos momentos de apuro que fueron solventados con un poco de paciencia y que nos dieron fácil acceso al último tramo de cordal cimero
Comenzando a subir Claveles |
. En la cumbre ya había bastante gente y es que era cerca del mediodía. Vimos a una niña que no tendría más de 7 u 8 años y bastantes excursionistas estaban accediendo por la ruta normal, que es el que sería nuestro camino de descenso. En la bajada pudimos comprobar en que punto nos quedamos en la excursión anterior y nos percatamos de lo poco que habíamos avanzado en aquella ocasión. Así que con una hora de adelanto sobre el horario previsto, llegamos al Puerto de Cotos después de 5 horas de pateo. Lo que vino a continuación fue retornar a Puerto de Navacerrada dónde tuvo lugar una opcional cómo Dios Manda, culminada como no podía ser de otro modo y forma por un plato de judiones de la granja. Alguien tuvo remordimientos y no tomó postre.
La cerveza... bendito isotónico reparador |
Después de una breve sobremesa regresamos a casa. ¿Dónde tengo la bici? Me pregunto, porque hace más de un mes que no la veo. Bueno, las ruedas siguen hinchadas. Bonita, vas a tener que seguir esperando. Mi más sincera enhorabuena a mis compañeros de ruta por haber sido “Bautizados en la catedral de Peñalara”. Ahora sólo falta repetirlo en invernal. Una mención especial para mi estimadísimo Polarkreis, que terminó la ruta al trote y que por fin recordó que ya habíamos realizado esa misma ruta con anterioridad años atrás. Gracias compis, ya os estoy preparando otra…id preparando las linternas.
2 comentarios:
Estuvo de lujo. La ruta fue una maravilla y me lo pasé realmente bien. Gracias a vosotros por cuidar de mí y darme consejos "montañeros" siempre acertados.
La opcional buenísima de principio a fin, desde la cervecita hasta el café.
Un abrazo.
Habrá que ir preparando otra... vamos hablando.
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