Fin de la Aventura (por hoy) |
Vídeo Faljau.
La entrada de la primavera trajo consigo un tiempo muy soleado que dejó la sierra de Madrid sin un atisbo de nieve.
En vista de la bonanza metereológica decido organizar una excursión que diera la vuelta al macizo de Peñalara, en sentido contrario a las agujas del reloj.
La ruta, sin demasiada complicación, pero algo larga para los que no cuenten con el entrenamiento adecuado, contó con bastante aceptación. Claro que aún quedaban tres semanas y podía pasar de todo.
-Hombre, no hay que ser ningún visionario para asegurar que el único problema puede ser únicamente la lluvia.
-Claro, claro. Ya pongo este día en rojo en mi calendario. Me comenta alguien muy ilusionado.
La lista de asistentes va aumentando y el personal prepara sus mochilas, las botas, cámaras de fotos, etc. Incluso alguno sale a la montaña a calentar piernas en modo de previa .
Días más tare, la entrada de un frente frío azota la Península Ibérica y comienzan las lluvias en plena semana Santa.
-Ya se sabe que en Semana Santa siempre llueve. ¿Qué esperabas?, ¡siempre pasa lo mismo!
-No sé si será lo mismo pero ahora está nevando en la Sierra.
-Tranqui, que todavía quedan dos semanas.
La semana anterior al evento hago una excursión a la Sierra del Guadarrama para aprovechar un poco la nieve, pero lo que me encuentro es todo el Valle de la Fuenfría hasta los topes de nieve, y encima con temporal.
Mirando la previsión, el mal tiempo continuaría toda la semana restante, así que nos encontramos en la víspera de la excursión con 40 centímetros de nieve en el Puerto de Cotos.
Bueno, en vista de lo acontecido las condiciones se han recrudecido, pero hay que aprovechar tal cantidad de nieve de alguna manera.
Según sonaba la lluvia en el ambiente, así fueron poniéndose los estómagos de los aspirantes a ir a la excursión. Unos cuantos decidieron dejarlo para otro día y aprovecharon las ofertas del Carrefour para comprar tres paquetes de papel higiénico de 24 unidades por el precio de dos. La crisis es la crisis y hay que aprovechar las ofertas.
Bueno, pues llega el día de autos y se concreta cómo punto de encuentro la Venta Arias 8:15 horas de la mañana. Material obligatorio Crampones y Piolet/bastones.
¡Hostias! No me he puesto unos crampones en mi vida !!
-Cuidadínnn, que te puedes cortar... dice alguien por ahí.
Bueno, a madrugar otra vez. A las seis suena el despertador, a las 7 recojo a Polarkreis.
Vaya, no aparece, ¡que raro!. Llamada, al móvil, fuera de cobertura. Al poco me llama.....- Me he dormido y no he preparado nada, lo siento.
-Bueno hombre, ya nos vemos otro día.
Enfilo la carretera directo al Puerto de Navacerrada. Hace buen tiempo y apenas hace aire, pero el macizo de la sierra se ve cómo en el Señor de Los Anillos, Las dos Torres.... negro negro!
Por lo menos no llueve, me digo. Ipso facto tengo que poner los limpias, comienza a llover y comienzo la subida al Puerto de Navacerrada. Un toyota Yaris subía como si fuera un camión con sobrepeso formando una cola respetable. Afortunadamente le adelanto en la primera curva y veo el trasiego que deja detrás.
Llego al puerto, 1800 metros de altitud, cae aguanieve. Aparco y no se si subir hasta el aparcamiento superior. En ese momento se para un coche a mi lado. Miro y ... ¡Allí estaba Polarkreis!
What the fuck …pal?
-Me lo he pensado mejor y he decido acompañaros.
-Pues venga, que llegamos tarde.
Dentro del bar veo una cara conocida, mi estimado JR, fiel a la cita y puntual como siempre. Le acompañan Jorge (un placer, Jorge) y Angie (encantado). Después de las presentaciones y de un café de ínfima calidad que nos dejó a todos los estómagos en tabla rasa, pasamos a alquilar los crampones y partimos de camino hacia el Puerto de Cotos. El parking estaba bastante lleno y toda la gente estaba pertrechada hasta los dientes.
Esquíes, piolets, raquetas, mochilas, polainas.....
Creo que el aparcamiento fue como entrar en una iglesia en la que mis compañeros encontraron algo de tranquilidad,viendo que no éramos los únicos que habíamos decidido comenzar a subir... Y que no estábamos tan locos como parecía.
Unos pocos grados sobre cero en el ambiente, pero en cuanto pisé la nieve, me percaté que nos iban a sobrar los crampones, pero quizás arriba del todo hubiera placas de hielo...¡quién sabe!
Comenzamos la subida ordenadamente habiendo bastante trasiego de montañeros. Pronto nos quedamos en dirección a la subida hacia Peñalara., mientras que otros,en mayor número, tomaban la opción de la laguna grande.
En nuestro camino hacia la cumbre, coincidimos princialmente con esquiadores, así que fuimos ganado altura lentamente. Mirando hacia atrás se veía a nuestro grupo subiendo bastante acompasado, a ritmo de expedición, pero no me podía parar a sacar fotos porque las paradas tienen que ser mínimas para sacar rendimiento al día. No era el único que quería tomar instantáneas.
Después de una hora de subida -¿ya llevamos una hora? Quién lo diría, se oye por allí.
Es tiempo para dar unos sorbos de agua. Continuamos la marcha y el viento y la nieve comienzan a darnos en la cara con bastante fuerza. Nueva parada. No se ve apenas nada, pero el aire parece que retira algo las nubes y se intuye la hermana. Así reconsultando el track vamos en buena dirección. Un poco más adelante aumenta la pendiente, la nieve se transforma en granizo y alguien se quiere dar la vuelta.
-No te puedes volver porque el grupo es lo que te da la seguridad, comento.
Todo el grupo se porta impecablemente y continuamos subiendo.
Ahora ya no hay huella que seguir, y varios grupos que subían con nosotros ya se quedaron atrás. La visibilidad es escasamente de un par de metros o tres.
La cosa se ponía seria porque estábamos a algo más de 2200 metros, quedaba la zona más expuesta al aire, y según la previsión, seguiría aumentando. El jodío Eolo había desayunado bien. Comprobando la hora, si parábamos aquí y nos diéramos la vuelta llegaríamos antes de las dos de la tarde al aparcamiento y podríamos tomarnos las correspondientes cervecitas, e incluso comer en “Casa Carmelo”.
Tampoco habíamos sufrido un gran desgaste, lo cual nos permitiría bajar tranquilamente y disfrutar del resto de la jornada.
Así que visto lo visto decidimos darnos la vuelta, lo cual no quitaba que bajar fuera algo más que bailar una bachata.
De regreso, y unos pocos cientos de metros más abajo, estaba el grueso del resto de montañeros, que aguardaban a tomar una decisión.
Finalmente, y sin incidencias destacables salvo algún tropezón que otro, llegamos al centro de interpretación y después al aparcamiento, dónde esperaban unas cervezas a 5 graditos.
De allí al Puerto de Navacerrada a una opcional de calditos en la estación de tren, y posteriormente y cómo no podía ser de otra forma, comida en “Casa Carmelo”.
¿Por qué salimos comiendo siempre al final? |
Hubo algo de sobremesa y regreso a la Civilización.
Hacía una tarde soleada y despejada. Todavía hice otra parada en Manzanares el Real para disfrutar del espectáculo que supone la Pedriza y el Sol incidiendo sobre sus rocas..
No, si al final hará hasta un buen día…. ¡QUE SE LO DIGAN AL DÍA SIGUIENTE A JAVI MARTÍN!
Volveré… y no tardando mucho.
Crónica de Angie
Crónica de Jesús Revuelto
6 km y 3h 15 de marcha.... ¡¡ MAS, MAS, QUEREMOS MÁS!! |
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